Al hacer una comparación general del estado del comercio exterior del Tolima antes y después de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, no se evidencian avances importantes.
El volumen de exportaciones del Departamento a los Estados Unidos continúa siendo aún muy reducido y la dependencia de los tradicionales commodities como el petróleo y el café continúa vigente.
A eso se suma que la estructura económica del Tolima no se transformó, como se esperaba con esta apertura; al contrario, permaneció estática y en algunos sectores los indicadores señalan un retroceso.
Antes de su entrada en vigencia en mayo de 2012, las expectativas estaban disparadas, pero cinco años después líderes gremiales y analistas se muestran ‘desinflados’ con los resultados en lo que concierne a la región.
Las expectativas eran altas, porque Estados Unidos es el principal comprador de los productos tolimenses en el mundo. En 2011, un año antes de la entrada en vigencia del TLC, el 51.7 por ciento del total exportado por Tolima llegó a ese país, y en 2016 correspondió al 46.9 por ciento, según cifras de la Andi (Ver gráfica 1).
Balanza comercial
La balanza comercial se define como la diferencia entre el total de las exportaciones menos el total de las importaciones que se efectúan en el país o en el Departamento.Esta diferencia podría ser positiva, lo que se denomina como superávit comercial, o negativa, lo que se cataloga como un déficit comercial.
A diferencia de lo ocurrido en el país, en Tolima las cifras de los últimos años no muestran una balanza comercial deficitaria con los EE.UU., es decir, la región está exportando más a ese país de lo que importa.Podría ser un indicador positivo a simple vista, pero en opinión de economistas como Edwin Andrés Martínez, esto necesariamente no evidencia un avance económico impulsado por el TLC.
“No hay que engañarse, en el último periodo hemos tenido una balanza comercial positiva fundamentalmente por el proceso de devaluación del tipo de cambio.“Si bien el precio del petróleo ha caído en el último año y medio, el del café ha tenido un comportamiento positivo, entonces eso se refleja en un aumento del valor de las exportaciones”, explicó.
Es decir, la devaluación del peso frente al dólar evidencia que se ha pagado más por el café vendido a Estados Unidos y esto, según el experto, ha incidido en el valor total de lo exportado.
Asimismo, Martínez opinó que el resultado de esa balanza comercial no es efecto de un incremento en la productividad de la región, lo que se comprueba con los resultados en materia de competitividad, en los que en renglones como ciencia, tecnología e innovación el Departamento presenta uno de los mayores rezagos.
“Si no se logra desarrollar ese renglón, pues va a ser muy difícil ser verdaderamente competitivos: vamos a seguir esclavizados un poco en que nuestra balanza comercial se positiva como consecuencia de los precios de los productos exportados y no como efecto de mejoras en la productividad y la competitividad”, indicó.
De igual manera, dijo que la balanza comercial favorable también se ha visto influida por las bajas importaciones, “que pueden ser muy sensibles al nivel de ingresos”.
Otras fuentes como la Visión Tolima 2025 refuerzan la opinión de Martínez, en cuanto a que el resultado de la balanza varía cuando se analizan las cifras incluyendo las exportaciones tradicionales y las no tradicionales.
Un diagnóstico efectuado por la Visión Tolima 2025 señalaba que durante el periodo 2005 – 2011 el Departamento “exhibió una alta dependencia de las exportaciones tradicionales (café verde y petróleo y sus derivados)”.
Y agregaba que durante todos los años analizados se registró un superávit comercial (balanza positiva) cuando se incluyeron en el estudio las exportaciones tradicionales.
Sin embargo, cuando fueron excluidas las exportaciones tradicionales, se registró un déficit en la balanza comercial del Tolima.
“Esto significa que las importaciones realizadas por el Departamento excedieron las exportaciones. Es decir que la producción del Tolima no alcanza a ser lo suficientemente competitiva como para posicionarse en los mercados internacionales”, destaca el estudio.
Estos resultados son generales y anteriores al TLC, pero al revisar la balanza comercial de 2016 entre Tolima y Estados Unidos se tiene que las exportaciones tradicionales o minero-energéticas perdieron participación.
En 2016 fueron exportados 178 millones de dólares en el Tolima, de los que USD 83.7 millones fueron con destino a Estados Unidos (Ver gráfica 3). De ese país se importó USD 13.5 millones.
De los USD 83.7 millones exportados a EE.UU., más de USD 76 millones correspondieron a exportaciones no tradicionales, lo cual es positivo.
En este sentido, un estudio de Procolombia basado en cifras del Dane señala que entre 2011 y 2016, las exportaciones no minero-energéticas del Tolima crecieron un 42 por ciento.
Según esa entidad, el Tolima pasó de exportar USD 54 millones en 2011 a USD 76.5 millones en 2016, sin embargo, las tradicionales se desplomaron en un 94 por ciento entre un año y otro.
Asimismo, el volumen de exportaciones total entre 2011 y 2016 se redujo 53 por ciento. Las ventas al exterior pasaron entre los dos periodos de USD 177 millones a USD 83.7 millones, explicado en gran medida por la reducción de las exportaciones tradicionales.
Café y petróleo
La Visión Tolima 2025 en su diagnóstico aseguraba que en 2011 el mayor porcentaje de exportaciones se concentró en aceites crudos (derivados del petróleo) con una participación del 63.76 por ciento.
Le siguió café, con 29.69 por ciento. Esos dos productos representaron el 93.45 por ciento de la composición de la oferta exportadora del Departamento.
Y solo un 6.55 por ciento correspondió a exportaciones no tradicionales, dentro de las que las más importantes fueron alimentos, bebidas y tabaco.
En 2016, el panorama no cambió. Según cifras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el café y productos derivados de este grano tienen una participación cercana al 60 por ciento en el total de exportaciones del Tolima (ver gráfica).
Le siguen Petróleo (17.9%) y Extractos de café (15.8%). A pesar de que son las cifras totales de exportaciones, esto evidencia que la canasta exportadora del Tolima, antes y luego del TLC con Estados Unidos no ha variado de manera importante.
Sin mayor diversificación
La canasta exportadora del Tolima no ha mostrado un proceso de diversificación importante en los cinco años de TLC con EE.UU.
Según Procolombia, desde que inició el TLC, 12 empresas del Tolima exportaron por primera vez a ese mercado, dato positivo, aunque no todos los productos vendidos se hayan salido de las ventas tradicionales.
Por ejemplo, de los USD 76.5 millones vendidos en 2016 a Estados Unidos, un total de USD 49.2 millones correspondieron a café, seguido por USD 26.6 millones en derivados del mismo grano.
Procolombia informó que además se vendieron productos como semillas y frutos oleaginosos, frutas frescas, y productos de panadería y molinería.
María Cristina Lara, gerente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) seccional Tolima, destacó la presencia de nuevas empresas exportadoras vendiendo productos distintos a los tradicionales.
Están semillas y frutos oleaginosos, aceites y perfumería, cosméticos, cerámicas, entre otros que según ella, antes de 2016 aparecían en ceros.
“Hay un mercado posible, unos esfuerzos iniciales que serían muy importantes que se sostuvieran para permanecer en el mercado y aumentar las importaciones”, afirmó.
Y puso por ejemplo que en 2016 Tolima vendió casi un millón de dólares en animales vivos (pollitos de un día); en leche, productos lácteos, huevos y miel, 768 mil dólares; frutas comestibles, 432 mil dólares, entre otros.
“(…) Hay que rodear esas iniciativas para fortalecerlas y brindarles las condiciones para que sigan teniendo ese esfuerzo de llegar a esos mercados”, indicó.
“A Colombia le ha ido mal con el TLC”
En el ámbito nacional, políticos como el senador tolimense Jorge Enrique Robledo catalogan este TLC como un desastre, e instan a que sea modificado, para salvaguardar los intereses de los productores nacionales.
Para Robledo, “el TLC quedó mal negociado” y las cifras evidencian que “las importaciones norteamericanas derrotaron a las exportaciones colombianas”. En concreto, recordó que un año antes del TLC, Colombia tenía un superávit comercial de ocho mil 991 millones de dólares. “Cinco años después, tenemos un déficit de mil 423 millones. “Entre 2012 y 2016 perdimos 10 mil millones de dólares y las exportaciones disminuyeron en 55 por ciento”, aseguró el congresista.
No cambió la estructura económica
Edwin Andrés Martínez señaló que el TLC con Estados Unidos no ha incidido de manera positiva en los indicadores económicos del Departamento. Explicó que en los últimos años el PIB per cápita del Tolima continúa siendo inferior al del promedio nacional, así como las exportaciones per cápita. Asimismo, la participación de las exportaciones del Tolima en el total nacional ha disminuido.
“Los empleos que se han perdido en el sector exportador se ha compensando con una expansión del sector servicios”, dijo. Mientras este pesa un 16.7% por ciento en el promedio nacional, en Tolima alcanza 21.6% (ver gráfica 4). Esto es negativo, afirmó, porque en este sector priman la informalidad y los trabajadores por cuenta propia, lo que afecta la calidad del empleo. Martínez agregó que con el TLC se esperaba que desaparecieran algunas actividades producto de la competencia, y que aparecieran otras nuevas que compensaran la pérdida de empleos. Pero “esas nuevas actividades que se han dinamizado gracias a los TLC y en general debido a la apertura, son sectores productivos que no son intensivos en mano de obra”.
“Es un tratado de una sola vía e inequitativo”
Rafael Hernández, gerente General de Fedearroz, opinó que en cinco años de TLC, no se han percibido beneficios para la agricultura ni la producción de granos en el territorio nacional. El Directivo afirmó que es una competencia desigual, y en el caso del arroz el próximo año comenzará el desmonte gradual de los aranceles que tiene Colombia -en la actualidad es del 80%- lo que facilitará el ingreso de una mayor cantidad de arroz producido en Estados Unidos, el cual es mucho más económico que el que se cultiva en el país.
“Es un tratado de una sola vía, de allá para acá, y no de aquí para allá, es un desbalance”, indicó. Y agregó que inclusive el arroz importado se ofrece a un precio inferior en el país en comparación con el establecido en Estados Unidos, “solo con el propósito de quedarse con el mercado nacional”. Los cultivadores de maíz y otros cereales y leguminosas, así como los de trigo, productores de leche, entre otros, también han cuestionado el alto volumen de importaciones provenientes del país del Norte. Hernández dijo que el TLC debe ser renegociado.
Textiles y prendas ya no llegan a EE.UU.
Julio César Mendoza, empresario e integrante de la Corporación Moda del Tolima (Cormoda), afirmó que el TLC no ha sido de utilidad para los empresarios del sector textil confección. Dijo que antes existían unas preferencias arancelarias establecidas en la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga (Atpdea), “que le daban una mejor opción al mercado de prendas de vestir que se exportaban de Colombia a Estados Unidos”. Además, indicó que existían aranceles para los productos asiáticos que ingresaban al país del Norte.
“Cuando se acabó el Atpdea e inició el TLC, pensamos que iba a ser muy benéfico para el sector de prendas de vestir, pero lastimosamente no lo ha sido, porque al eliminar esas cuotas a países asiáticos como China y Vietnam, el mercado de Estados Unidos fue inundado con esos productos. Por sus bajos costos quedamos fuera de competencia”, apuntó.
“NUNCA, COMO AHORA, HA ESTADO MEJOR”
Javier Díaz Molina, presidente Ejecutivo de laAsociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
EL NUEVO DÍA: ¿Como le ha ido al país en estos cinco años de TLC con Estados Unidos?
J.D.M.: Creo que el Acuerdo ha traído como positivo que se logró definir un contrato con nuestro principal socio comercial. Las reglas de juego no se pueden cambiar unilateralmente. Esto es muy importante ahora que EE.UU. quiere desarrollar una política comercial proteccionista.
E.N.D.: ¿Le convencen las cifras que arrojan las exportaciones e importaciones?
J.D.M.: Con respecto a las cifras, no se puede estar satisfecho con el comportamiento de las exportaciones, particularmente las no minero-energéticas. Claro hay que entender que la entrada en vigencia del Acuerdo coincidió con que la economía colombiana sufrió un proceso de enfermedad holandesa, que llevó a que las exportaciones no fueran rentables. Se espera que ahora, cuando ha habido devaluación del peso colombiano, se pueda observar un mejor comportamiento de estas.
E.N.D.: ¿Cómo ve al Tolima en ese panorama?
J.D.M.: El Tolima sigue sin aparecer de manera significativa en las exportaciones. Lo más destacado tiene que ver con las exportaciones minero-energéticas y el café.Creo que si se logra la admisibilidad para el aguacate Hass, este producto puede ser muy importante, particularmente por las siembras que hay en el Norte del Departamento. Es un producto muy promisorio.
E.N.D.: Casi todos los productores del sector agropecuario consultados aseguran que este tratado los ha perjudicado. ¿Es cierta esta apreciación?
J.D.M.: No, yo no lo creo. Las cifras muestran que no se dieron las importaciones masivas de productos agropecuarios que algunos vaticinaban. Las importaciones provenientes de los EE.UU. crecieron, por ejemplo en el caso de los cereales, maíz amarillo, trigo, cebada, porque los EE.UU. desplazaron a otros proveedores como Canadá o Argentina, puesto que ahora podían entrar en igualdad de condiciones, es decir, con arancel de cero por ciento. Mire lo que ha pasado con la avicultura, que se señalaba como uno de los sectores perjudicados. Nunca, como ahora, ha estado mejor. La competencia es buena para lograr que los productores ganen en productividad y competitividad. Al sector agropecuario lo ha afectado negativamente es la competencia desleal, el contrabando, al igual que le ha ocurrido a la economía en general.